2019

"Reímos y lloramos, pero, sobre todo, seguimos abrazando esa misma estrella con la cual nos propusimos pertenecer a esta pequeña familia, donde los corazones están dispuestos a seguir soñando con el día en que despertemos libres. Estar aquí para mí, es algo inexplicable, como tocar el sol o como pisar la luna. A mí el teatro me regaló una familia".

"Cuando estoy con todos en el patio central de las terrazas de Ancón hay un espacio para soñar, para viajar, para darnos una oportunidad, para salir de este encierro.

Cuando estoy con todos en el patio, imagino como si estuviera en la calle.

Soy yo mismo, no tengo que esconder nada. La verdad es que aquí o pisas suelo o te pierdes en la selva de cemento.

Cuando estoy con todos en el teatro, me siento como si estuviera con mi familia,

la cual nunca tuve y ahora siento que la tengo.

Cuando estoy con todos en donde sea, me olvido de que soy frágil.

Cuando mi actitud puede más que estos barrotes y los hace efímeros."

"Recuerdo que la primera vez que iba a bajar al teatro sentí una emoción única, fue algo raro. Sentía nervios por muchas cosas… Pensé que no iba a encajar en el grupo. Una compañera y amiga mía me dijo en varias ocasiones que el teatro para ella es una familia y con el pasar de los días lo llegué a entender. Pude sentirme libre por unas horas y eso era algo que llenaba mi alma. Cada vez fue más intenso para mí: pude ver a chicos y chicas en otras facetas, pude verme yo también en otras facetas. Fue más de lo que esperaba. A fin de año fue la presentación, me emocioné porque por fin mi madre iba a verme haciendo algo que me gustaba. Fue una sensación muy bonita…parece que hubiese sido ayer".